Aquí te decimos qué necesitas para practicar esta disciplina totalmente en boga, que pone a prueba tu fuerza física y concentración.
Este es uno de los deportes extremos que más se practica en la actualidad y que pone a prueba tanto la fuerza física como la mente y concentración de todos aquellos osados que se lanzan al descenso de las grandes paredes y formaciones rocosas.
Rappelear es el acto de descender por una cuerda de manera controlada usando la fricción de la cuerda contra nuestro cuerpo o a través de un dispositivo de descenso.
Las técnicas más modernas para llevar a cabo este deporte usan dispositivos sofisticados. Estos aparatos llevan adheridos un mosquetón en el arnés. La cuerda corre a través del dispositivo para crear fricción, así el calor y las molestias van dentro del dispositivo y no al cuerpo del rappelista. Además estos mecanismos ofrecen más control en el descenso que realizar técnicas de cuerpo.
Con los mejores aparatos, la velocidad de descenso es controlada jalando hacia abajo una porción de la cuerda por debajo del dispositivo. Este incremento de fricción aumenta la tensión de la cuerda y la presión sobre las partes metálicas del dispositivo de descenso.
Para armar tu equipo más sofisticado y cool, a la altura de un deporte como este, debes contar con variados elementos que son imprescindibles:
Arnés: te recomendamos el BGM, sirve para todos los tamaños de piernas y caderas. Cuenta con un sistema de ajustado único. Diseñado principalmente para rappel, con enganche bajo para mejor balance.
Mosquetones: los de seguridad son los más adecuados. Son aquellos que llevan un tornillo roscado interiormente y que se desplazan sobre la rosca grabada en ambos lados del cierre con el fin de impedir su apertura involuntaria.
Cascos: para estar a la altura de tus expectativas, deben ser ligeros, bajos, fáciles de ajustar, no obstaculizar tu visión y tener una suspensión cómoda.
Descendedores: existen cuatro tipos normalizados. Clase A, dispositivos anticaídas; clase B, exclusivamente para descenso; Clase C, para elevación y descenso; y los Tipo 8, conocidos así por su forma, son los más clásicos y ya no están muy de moda.
Cuerdas: su diámetro debe ser mayor a 9.8 mm, su longitud alrededor de 200 metros, debe ser impermeable y de un color llamativo para identificarla en cualquier superficie.
La experiencia del rappel es única y digna de vivirse... sólo recuerda asumir el riesgo y atreverte.
Rappelear es el acto de descender por una cuerda de manera controlada usando la fricción de la cuerda contra nuestro cuerpo o a través de un dispositivo de descenso.
Las técnicas más modernas para llevar a cabo este deporte usan dispositivos sofisticados. Estos aparatos llevan adheridos un mosquetón en el arnés. La cuerda corre a través del dispositivo para crear fricción, así el calor y las molestias van dentro del dispositivo y no al cuerpo del rappelista. Además estos mecanismos ofrecen más control en el descenso que realizar técnicas de cuerpo.
Con los mejores aparatos, la velocidad de descenso es controlada jalando hacia abajo una porción de la cuerda por debajo del dispositivo. Este incremento de fricción aumenta la tensión de la cuerda y la presión sobre las partes metálicas del dispositivo de descenso.
Para armar tu equipo más sofisticado y cool, a la altura de un deporte como este, debes contar con variados elementos que son imprescindibles:
Arnés: te recomendamos el BGM, sirve para todos los tamaños de piernas y caderas. Cuenta con un sistema de ajustado único. Diseñado principalmente para rappel, con enganche bajo para mejor balance.
Mosquetones: los de seguridad son los más adecuados. Son aquellos que llevan un tornillo roscado interiormente y que se desplazan sobre la rosca grabada en ambos lados del cierre con el fin de impedir su apertura involuntaria.
Cascos: para estar a la altura de tus expectativas, deben ser ligeros, bajos, fáciles de ajustar, no obstaculizar tu visión y tener una suspensión cómoda.
Descendedores: existen cuatro tipos normalizados. Clase A, dispositivos anticaídas; clase B, exclusivamente para descenso; Clase C, para elevación y descenso; y los Tipo 8, conocidos así por su forma, son los más clásicos y ya no están muy de moda.
Cuerdas: su diámetro debe ser mayor a 9.8 mm, su longitud alrededor de 200 metros, debe ser impermeable y de un color llamativo para identificarla en cualquier superficie.
La experiencia del rappel es única y digna de vivirse... sólo recuerda asumir el riesgo y atreverte.
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