La explotación de las minas de oro y plata de “El Triunfo” data de la época colonial, cuando en 1748 Manuel Ocio fundó el Real de Santa Ana. Posteriormente el laboreo y beneficio de las minas pasaron a control del gobierno virreinal. A partir de entonces se produjo un auge minero hasta 1786, para caer en un estancamiento que duro casi cien años.
En 1876 se estableció en “El Triunfo” la compañía minera “El Progreso” con una inversión de medio millón de dólares. Para 1890 el poblado contaba con más de cuatro mil habitantes entre nacionales, italianos, franceses, ingleses, norteamericanos, alemanes, chinos, etc. En su época de mayor auge se dice que llegó a sobrepasar los 14,000 habitantes.
La altísima chimenea, símbolo de El Triunfo, es considerada como un portento de la ingeniería, su construcción se inicio en 1860 y terminó en 1892. Se considera también como obra maestra de la ingeniería antigua, el tiro minero del 90, un túnel de tres kilómetros de largo que constituye una recta perfecta. De la boca mina se podía observar la luz de la boca de salida.
A diferencia de “El Boleo” en Santa Rosalía, “El Progreso” no acaparó los servicios públicos y privados, sino que fue el propio ayuntamiento quien a través de la recaudación de impuestos e igualas proveía de ellos. Esto fue muy favorable para la población de El Triunfo que llegó a ver todas sus calles empedradas, tuvo el primer servicio postal de la entidad, la primera línea telefónica entre El Triunfo y La Paz, luz eléctrica y otros servicios emanados de la prosperidad municipal.
El comercio estaba en su totalidad en manos de particulares y fue notable el crecimiento de los ranchos aledaños que eran proveedores de carne, leche, quesos, frutales y hortalizas.
La prosperidad minera y comercial de El Triunfo fue determinante para el desarrollo de los pueblos del sur de la península.
La compañía minera “El Progreso” cerró en 1912, al dejar de ser costeable.
Aproximadamente a unos 45 kilómetros al sur de La Paz por la carretera transpenínsular, se ubica esta encantadora población minera, cuya visita le ofrece la opción de recorrer los cementerios chino e ingles, las viejas instalaciones de las minas y adquirir alguna pieza de artesanía de concha, mimbre o palma, manufacturada por los artesanos del lugar.
Fuente: http://www.bcs.gob.mx/
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